Praktica MTL5: la cámara que mi mamá trajo de Londres en los años 70 y me enseñó a mirar

Hay objetos que no eliges, pero que terminan eligiéndote a ti.

La Praktica MTL5 fue uno de esos.

Mi mamá la compró en Londres, a finales de los años 70, durante un viaje en el que no había un plan fotográfico detrás. No era fotógrafa, no comparaba fichas técnicas. Solo quiso traer algo “bueno”, algo que durara. Volvió con una cámara alemana, completamente mecánica, pesada, seria… y con un Tessar 50 mm montado al frente.

Sin saberlo, me estaba entregando mi primer manual práctico de fotografía.

Aprender fotografía sin fotómetro (y sin atajos)

La Praktica MTL5 no tenía fotómetro incorporado. Nada de agujas, LEDs o ayudas electrónicas. Eso significó aprender fotografía a la antigua: leyendo revistas de la época, copiando tablas de exposición, entendiendo cómo se comporta la luz según la hora del día. Aprendí a exponer “a ojo”, a observar sombras, reflejos, contrastes. El famoso “Sunny 16” llegó antes que cualquier teoría formal. Cada disparo costaba dinero. Cada rollo era una apuesta.

Y el aprendizaje no era inmediato: llegaba días después, cuando revelabas el rollo y entendías qué había salido bien… y qué no. Esa espera también educaba la paciencia.

El Tessar 50 mm: simple, clásico y formador

El lente que venía con la cámara no era un Jena más “exótico”, sino un Tessar 50 mm, probablemente f/2.8, uno de los diseños ópticos más clásicos de la historia.

El Tessar es un lente honesto. No intenta impresionar. cuatro elementos, contraste natural, nitidez central muy buena, un desenfoque discreto, sin exageraciones

Ese lente me enseñó a ver en normal. Nada de gran angular para esconder composición, nada de tele para acercar lo que no sabías encuadrar. Con el Tessar aprendí a moverme, a acercarme, a esperar. En retratos obligaba a clavar el foco. En escenas cotidianas pedía buena luz. En paisajes enseñaba a respetar las distancias.

Hoy se habla mucho de “carácter” en los lentes antiguos. El Tessar tiene carácter, pero silencioso. No grita. No exagera. Simplemente hace bien su trabajo. Y eso, para aprender, es perfecto.

Una cámara hecha para durar

La Praktica MTL5 fue fabricada en la Alemania Oriental por Pentacon, en una época donde las cámaras eran herramientas de trabajo, no productos de consumo rápido. Cuerpo de metal, controles firmes, obturador mecánico. Funcionaba sin batería. Funcionaba siempre.

La montura M42 la hacía universal. Podías montar una enorme variedad de lentes de la época. Era una cámara directa, sin concesiones, sin adornos. Y esa simplicidad fue su mayor virtud.

Aprender a fallar para aprender a mirar

Con esta cámara aprendí algo que todavía aplico hoy: pensar antes de disparar. Me equivoqué muchas veces, subexposición, trepidación, enfoque fallido. Pero cada error tenía una causa clara. No había modo automático al cual culpar. Eso educa el ojo, forma criterio y crea memoria visual.

Aunque hoy use cámaras digitales avanzadas, ese entrenamiento sigue ahí. La Praktica no me enseñó botones: me enseñó a observar.


Características técnicas – Praktica MTL5

CaracterísticaDetalle
TipoCámara réflex SLR de 35 mm
ÉpocaFinales de los años 70
OrigenAlemania Oriental
MonturaM42 (rosca)
ObturadorMecánico, plano focal
Velocidades1 s – 1/1000 s + Bulb
FotómetroNo incorporado
EnfoqueManual
Avance de películaManual
Material del cuerpoMetal
AlimentaciónNo requiere batería
Lente originalTessar 50 mm (clásico)

Más que una cámara

La Praktica MTL5 no fue solo mi primera cámara. Fue el inicio de una forma de mirar. Fue mi mamá trayendo algo de Londres sin saber que estaba regalando una vocación. Fue aprender fotografía con paciencia, con errores, con silencio. Fue entender que la técnica importa, pero la observación importa más.

Hay cámaras que uno compra. Y hay cámaras que te forman. Esta fue la mía.