Etiqueta: fotografía nostálgica

  • Marcahuasi 2009: Luces de Altura y Película

    Marcahuasi 2009: Luces de Altura y Película

    Fotografías con Minolta X-700

    Marcahuasi, en lo alto de la sierra limeña, no se visita: se conquista. En el año 2009 emprendí una travesía a pie hasta sus mesetas y formaciones rocosas, cargando mochilas, sueños y una Minolta X-700 cargada con película Kodak.

    Subiendo a más de 4000 msnm

    El camino en altura nos recibió con polvo, piedras sueltas y un silencio roto solo por nuestros pasos. Subimos acompañados de burros y gente local que sabía más del cerro que nosotros. A cada curva, el paisaje se abría como un abanico de luces y sombras. La Minolta X-700, completamente manual, me obligaba a mirar con atención: medir la luz, enfocar, disparar con intención.

    El campamento en el Anfiteatro

    Al llegar al anfiteatro natural de Marcahuasi, uno comprende por qué este lugar fue considerado sagrado. Las carpas se alineaban entre rocas milenarias y siluetas que parecen esculpidas por dioses. Dormimos rodeados de misterio, bajo un cielo que parecía más cerca que nunca.

    Un atardecer inolvidable

    El momento más mágico fue el atardecer. La luz comenzó a bañar todo en tonos dorados, anaranjados, violáceos. La película capturó eso con una fidelidad que pocas veces he vuelto a ver. En cada fotograma se quedaron congelados los colores exactos de ese instante. Marcahuasi, filmado con la X-700, no se ve: se siente.


    🟡 Camino de subida
    Burros, gente local y nosotros, cruzando un sendero de tierra colgado sobre los abismos. La altura se siente. La luz es dura, pero el grano de la película la suaviza.

    🟡 Primeras formaciones
    Figuras humanas y animales se recortan en las rocas. Nada parece azaroso. Todo parece tallado a mano por siglos de viento.

    🟡 Campamento en el anfiteatro
    Toldos de colores, risas lejanas, el eco de las piedras. La película recoge el contraste entre las carpas modernas y el entorno prehistórico.

    🟡 Atardecer andino
    Uno de los momentos más bellos que he vivido. Las sombras largas, la temperatura de color cálida, la bruma que cae sobre los valles… y la cámara captándolo todo, sin prisa.

    🟡 Amanecer sobre los valles
    El sol aún no sale del todo. Desde la cima, las capas de montañas se superponen como pliegues de papel. Uno respira silencio.


    📸 Detalles técnicos (para los curiosos)

    • Cámara: Minolta X-700 (35mm, montura MD)
    • Película: Kodak Gold 200 ISO
    • Lente usado: Minolta Rokkor 50mm f/1.7
    • Modo de medición: Promedio ponderado, Apertura
    • Año del viaje: 2009
    • Ubicación: Marcahuasi, Huarochirí, Lima, Perú

    ¿Por qué seguir disparando en film?

    Porque cada foto cuenta una historia antes de verla. Porque el sonido del obturador de la X-700 es música. Porque no hay nada más honesto que una imagen revelada sin filtros. Y porque algunos paisajes, como Marcahuasi, se merecen el alma de la película.

  • Barrio Chino en película: Paseo nostálgico con la Nikon F3

    Barrio Chino en película: Paseo nostálgico con la Nikon F3

    Recuerdo claramente aquel octubre del 2010; pasaba por el centro de Lima y una tarde con excelente luz decidí aprovechar mi refrigerio de una manera distinta. Cogí mi fiel Nikon F3 cargada con película Kodak ProImage y me dirigí al Barrio Chino, un pequeño rincón de la ciudad lleno de detalles fascinantes que muchas veces pasamos por alto en nuestro día a día.

    Al llegar al famoso arco que da la bienvenida a esta vibrante comunidad, quedé fascinado con los colores intensos y los detalles arquitectónicos tan cuidadosamente elaborados. No podía resistirme a capturar esos patrones exóticos y los delicados adornos orientales tallados y pintados a mano, que bajo la luz de esa tarde, brillaban con un esplendor especial.

    La Nikon F3 resultó ser la compañera perfecta para esta aventura fotográfica improvisada. Su construcción sólida y su manejo sencillo pero preciso me permitieron concentrarme en la belleza que tenía frente a mí, olvidándome por completo de complicados ajustes técnicos. Solo tenía que medir la luz, encuadrar, y dejar que el obturador hiciera lo suyo.

    La película Kodak ProImage aportó colores suaves y naturales, resaltando la esencia auténtica del lugar sin exageraciones. La combinación con la óptica de la F3 dio resultados ideales para este tipo de escenas urbanas, entregando un detalle sutil y esa textura especial que solo el film puede ofrecer.

    Mientras disparaba esas fotos, sentí que cada click de mi Nikon F3 capturaba no solo imágenes, sino también fragmentos de historia limeña. El Barrio Chino de Lima se estableció a mediados del siglo XIX, cuando llegaron inmigrantes chinos que enriquecieron culturalmente la ciudad. Y ahí estaba yo, más de un siglo después, retratando ese legado en un día cotidiano.

    Estas fotos reflejan esos momentos simples que hacen de la fotografía una pasión incomparable: escaparme un rato de la rutina laboral, caminar sin prisa y descubrir detalles que normalmente no apreciamos. A veces, todo lo que necesitamos para conseguir fotos memorables es simplemente salir con nuestra cámara favorita y dejarnos sorprender.

    La Nikon F3, una cámara robusta y confiable, diseñada para durar décadas, demostró en esta salida que no hace falta tener la tecnología más moderna para conseguir resultados bellos. Lo que realmente importa es cómo miras el mundo a través del visor y cómo decides contar esas historias.

    Volviendo ahora, años después, a esas imágenes, puedo revivir claramente la emoción de esa tarde, cuando Lima, mi Nikon y yo, hicimos juntos algo inolvidable.

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  • El Motorshow de 1996: Mis Primeras Fotos con la Praktica MTL5

    El Motorshow de 1996: Mis Primeras Fotos con la Praktica MTL5

    Hay momentos que nos marcan sin que lo sepamos. Para mí, uno de ellos ocurrió en el Jockey Plaza, en el entonces imponente Motorshow de 1996, rodeado de autos brillantes, gente curiosa, y la promesa de un futuro que rugía como motor V8. Yo estaba ahí, con mi primera cámara: una Praktica MTL5, orgullosamente colgada al cuello, cargada con película y expectativas.

    Una cámara de acero… y emociones

    Se la pedí prestada a mi mama, quien atesoraba esta cámara. La Praktica MTL5 no era precisamente moderna ni ligera. Era de esas cámaras de verdad: de metal, mecánica, pesada y con un obturador que sonaba como si el tiempo se abriera paso. Montaba un lente 50mm, y si bien en ese momento no sabía nada de aperturas ni profundidad de campo, había algo magnético en mirar por el visor y congelar el instante.

    Y ahí estaba yo, entre Ferraris, Mercedes Benz, Camaro y toda una generación de autos noventeros que hoy ya son clásicos. La mayoría de asistentes usaban cámaras compactas o desechables. Pero yo tenía una réflex de verdad. Y eso se sentía distinto.

    El Motorshow, una pasarela de fierros

    Recuerdo cómo la luz se colaba por los ventanales del Jockey, cayendo justo sobre el capó de un Honda Prelude rojo, delineando sus curvas como si la carrocería hubiera sido esculpida por un artista. Yo apunté, enfoqué con ese enfoque manual que era todo menos rápido, y disparé.

    Una y otra vez. No tenía idea cuántas fotos saldrían bien. Solo sabía que algo en mí se activaba cada vez que apretaba el obturador. Ese día, aprendí a observar los reflejos, a moverme con la luz y a componer con los elementos que tenía delante. No era solo una feria de autos. Era un laboratorio visual.

    Cuando revelé el rollo…

    Pasaron algunos días. Fui al laboratorio con mi rollo de Kodak Gold 200, y esperé con ansiedad. Cuando tuve las fotos en mano, algo en mí cambió. Los colores eran intensos, el contraste tenía personalidad, y había una textura que no he vuelto a ver igual en lo digital. Incluso las fotos movidas tenían alma.

    Vi el resultado y pensé: ¿Esto lo hice yo? ¿Con esta cámara prestada por el destino?

    1996, los autos y el ojo que se abría

    Hoy, casi 30 años después, esas fotos siguen teniendo una fuerza especial. No por la nitidez, sino por lo que capturan. Una época. Una emoción. Un inicio. El Motorshow fue solo una excusa. En realidad, fue mi primer ensayo de fotógrafo. Ahí descubrí que una cámara puede ser una extensión del ojo… y del corazón.

    Sigo fotografiando autos, ciudades, personas y detalles. Pero esa Praktica MTL5 fue la que me dio el primer empujón. Y el Motorshow 1996, el primer escenario.

    Las fotos

    Revisando mis archivos, encontré los escaneos de ese rollo mágico. Las comparto aquí, como testimonio visual de una época donde los autos eran más mecánicos, el diseño era pura emoción, y la fotografía era un ritual.

    Lo que vi y capturé:

    1. Ferrari F355 Berlinetta (amarillo)
      Un clásico absoluto de los noventa. Motor V8, líneas perfectas. Este fue uno de los autos que me hizo entender lo que era el diseño italiano.
    2. Chevrolet Camaro Convertible (cuarta generación)
      Rojo encendido, brutalmente noventero. Línea agresiva, capota abierta.
    3. Chevrolet Cavalier Convertible
      Más sencillo que el Camaro, pero con el mismo espíritu americano de libertad sobre ruedas.
    4. IndyCar – Marlboro Team Penske #9
      Un bólido de otro mundo. Puro nervio y velocidad. Posiblemente un Penske PC-24 con motor Mercedes-Benz.
    5. Fórmula 1 – Peugeot/McLaren (Marlboro, #7)
      No sé si fue un modelo real o uno de exhibición, pero tenía toda la actitud de la era Prost / Häkkinen.
    6. Ford Mustang Fastback 1965 – blanco con franjas azules
      Un clásico entre clásicos. La matrícula peruana lo hacía aún más especial. Probablemente una réplica GT350.
    7. Otro monoplaza Marlboro (CART/F1)
      La presencia del Marlboro Team fue abrumadora. Era imposible no sentirse en un paddock de verdad.
    8. Concept Car futurista (microcar)
      Nunca supe su nombre. Podría haber salido de una película de ciencia ficción. Vidrios polarizados, diseño redondeado, ruedas parcialmente carenadas. Quizás un concepto nacional.

    Cámara usada: Praktica MTL5

    • Formato: 35mm (film)
    • Lente: 50mm f/1.8
    • Medición de luz interna
    • Carga manual, disparo mecánico
    • Film: Kodak Gold 200

  • Un Atardecer Inesperado en la Variante de Pasamayo (con Nikon D80)

    Un Atardecer Inesperado en la Variante de Pasamayo (con Nikon D80)

    A veces los grandes espectáculos de la naturaleza se presentan justo cuando menos los esperamos. No hacen falta lugares exóticos ni grandes planes; solo estar en el momento adecuado, con la cámara lista y los sentidos despiertos.

    En mayo del 2011, hice un viaje relámpago hacia las playas del norte. No era la mejor época del año —el cielo se mantenía gris, el clima indeciso— pero el encargo fotográfico se cumplió. Al regresar hacia Lima, tomé la temida variante de Pasamayo, una carretera con fama por sus nieblas densas y curvas peligrosas.

    Y fue ahí, entre curvas y acantilados, donde la sorpresa me esperaba: el sol comenzaba a esconderse, filtrándose tímidamente entre la bruma. El cielo se tiñó de tonos anaranjados, violetas y dorados, mientras la niebla dibujaba una atmósfera casi onírica sobre el mar. Un espectáculo breve e impredecible, como todo lo valioso.

    Tuve la suerte de tener a la mano mi fiel Nikon D80 y el clásico lente kit 18-55mm. La primera imagen fue una toma directa, capturando la escena tal como la vi. La segunda es una panorámica compuesta, armada con PTGui, que muestra la amplitud del paisaje y el drama del momento.

    Fotográficamente hablando, no fue una toma planeada. Pero el contraste entre la luz cálida del atardecer y la humedad flotante del ambiente ofreció una combinación difícil de ignorar. Imagino que los camiones que avanzaban por la vía antigua debían ir con extrema cautela, envueltos en una neblina que para mí fue un regalo visual.

    Estos momentos nos recuerdan por qué llevamos la cámara a todos lados. Porque a veces, la fotografía no se trata de buscar el lugar perfecto, sino de saber verlo cuando se presenta ante nosotros.


    Reseña Completa de la Nikon D80: Una Cámara DSLR Clásica interesante

    Esta cámara, lanzada en 2006, se convirtió rápidamente en un referente para fotógrafos aficionados avanzados y profesionales que buscaban un equipo accesible, pero con prestaciones impresionantes.