Categoría: Fotografia

  • Maquinaria y Poder: Tres Íconos del Aire y la Tierra en Película

    Maquinaria y Poder: Tres Íconos del Aire y la Tierra en Película

    Hay días, como aquel verano del 2013, en que la fotografía trasciende la imagen. Uno de esos días fue mi visita a la Base Aérea Las Palmas, en Lima, armado solo con mi Nikon F5, mi confiable Nikkor 28-105mm y un rollo de película que terminaría lleno de historia militar peruana.

    La luz era generosa, el ambiente vibraba entre familias, motores apagados y hélices inmóviles, pero aún así todo estaba cargado de energía. Fue allí donde capturé tres máquinas muy distintas, pero igualmente imponentes.

    Lockheed C-130 Hercules: El Gigante Silencioso

    No hay forma de ignorarlo. El C-130 Hercules de la Fuerza Aérea del Perú se alzaba como un coloso blanco y gris, con hélices rayadas como dientes de sierra listas para devorar cielo. La matrícula “397” dejaba claro que este no era cualquier avión: es un símbolo de ayuda, transporte y presencia en todo el territorio nacional. Verlo en tierra, abierto al público, fue como ver a un león dormido. Disparé en modo manual, buscando el contraste entre su masa metálica y el cielo limpio limeño.

    Mercedes-Benz Unimog: Utilitario Blindado con Historia

    Unos pasos más allá, me encontré con una rareza: un Mercedes-Benz Unimog adaptado para misiones militares, con camuflaje peruano y el emblema de la FAP. Su estructura robusta y su armamento montado en la parte posterior hablaban de un vehículo listo para zonas difíciles, para caminos donde no hay caminos. Me detuve a mirar sus detalles: las tuercas, las sombras, el brillo gastado de la pintura. Mi F5 no perdonó detalles y agradecí cada milímetro de rango que me dio el lente 28-105mm.

    Embraer Tucano NAVAL: Compacto, Ágil y Letal

    Por último, me sorprendió la presencia del Tucano EMB-312 de la Marina de Guerra del Perú. Compacto, aerodinámico, elegante. Su matrícula “AI-510” brillaba en el timón vertical, con la bandera peruana como testigo de su servicio. Este avión, diseñado originalmente en Brasil, es el paso intermedio entre un alumno y un piloto de combate. Lo fotografié desde su ángulo trasero, con una palmera limeña al fondo que parecía decorado. Pero no lo era. Era Lima. Era real. Y todo quedó capturado en emulsión.


    Cada una de estas máquinas representa algo más que metal y tornillos: son herramientas de servicio, de soberanía, de historia. Fotografiar estos vehículos con película es mi forma de honrarlos, sin artificios digitales ni filtros exagerados. Solo luz, lente y un disparo bien pensado.

  • Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú: Fotografía Analógica con Nikon F5 en Las Palmas

    Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú: Fotografía Analógica con Nikon F5 en Las Palmas

    Aquel día, verano del 2013, en la Base Aérea Las Palmas, mientras el sol limeño jugaba con las sombras de hangares y alas extendidas, me encontré frente al Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú. Imposible ignorar su presencia. Grande, robusto y preparado para cualquier misión, este helicóptero ruso es parte fundamental del brazo aéreo del país, y verlo de cerca —sin prisas, sin ruido de rotor— es una experiencia poderosa.

    Con mi fiel Nikon F5 cargada con película y montado el versátil Nikkor 28-105mm, encuadré al Mi-17 tratando de capturar su carácter: su volumen imponente, las líneas utilitarias de su diseño soviético, y esa sensación de que está listo para despegar en cualquier momento. No es un helicóptero elegante, es funcional, directo, y por eso me gusta tanto. Tiene cicatrices, óxido aquí y allá, detalles que cuentan historias.

    Lo fascinante del Mi-17 no está solo en sus capacidades técnicas —como su capacidad de carga o resistencia en condiciones extremas—, sino en cómo representa una parte del Perú profundo: el que necesita transporte aéreo donde no hay carreteras, el que opera entre cerros y selvas, el que responde en emergencias.

    Estas fotos no fueron pensadas para ser perfecta, sino sincera. Y eso es lo que busco con cada disparo en película: imágenes que no solo muestren, sino que hablen.

  • MB-339 de la FAP: Fotografía Clásica con Nikon F5 y Lente Nikkor

    MB-339 de la FAP: Fotografía Clásica con Nikon F5 y Lente Nikkor

    Durante una de mis visitas a una base aérea, en el verano de 2013, tuve la oportunidad de fotografiar una de las joyas menos conocidas pero profundamente elegantes de la Fuerza Aérea del Perú: el Aermacchi MB-339. Esta imagen no es digital, ni tomada con filtros automáticos o ajustes de postproducción. Está capturada en película, con una Nikon F5 y un versátil Nikkor 28-105mm, una combinación que me permite sentirme parte del momento y no solo un espectador tras un sensor.

    El MB-339 es un avión de entrenamiento avanzado y ataque ligero, diseñado en Italia, pero adaptado y operado por pilotos peruanos que lo han llevado a dominar los cielos andinos. Su silueta estilizada, casi felina, contrasta con la robustez de su presencia en tierra. En la foto, el avión porta con orgullo la bandera peruana en su cola, acompañado del número «487», lo que le da ese carácter único y patrio que todo peruano puede reconocer con orgullo.

    Lo que me encanta de esta toma es cómo la luz suave del final de la tarde baña el fuselaje metálico, revelando cada remache, cada línea de diseño aerodinámico. Es una imagen analógica que, más allá del avión, cuenta una historia de ingeniería, patria y pasión por volar.

    Como fotógrafo, hay algo especial en capturar máquinas hechas para moverse a velocidades increíbles… cuando están quietas. Es como retratar a un atleta en reposo: sabes que en cualquier momento, esa calma puede transformarse en pura acción.

  • Un Mañana Nublada con Rayos de Sol: Fotografías Capturadas con la Olympus E-520

    Un Mañana Nublada con Rayos de Sol: Fotografías Capturadas con la Olympus E-520

    Hoy me desperté con ganas de capturar algo especial. Aunque la mañana estaba nublada, algo me decía que había magia en el aire. Salí con mi Olympus E-520, la cámara que me acompaña en muchas de mis aventuras fotográficas. ¿Qué mejor manera de empezar el día que con la cámara en mano, buscando detalles ocultos entre la niebla limeña?

    La luz suave y difusa de la mañana nublada me permitió experimentar con sombras y contrastes, pero, como siempre, la naturaleza tiene su forma de sorprendernos. Justo cuando pensaba que el día se mantendría gris, el sol empezó a asomarse tímidamente entre las nubes. Esos breves momentos de luz solar transformaron la escena, resaltando colores y creando una atmósfera única.

    Una de las cosas que más me gusta de fotografiar en días nublados es la suavidad que da la luz, lo que permite capturar detalles con una claridad que a veces es difícil de obtener en días soleados. Pero cuando el sol apareció, la magia sucedió: la luz dorada bañó los objetos y creé contrastes que daban vida a la escena de una manera que solo un rayo de sol puede hacer.

    Hoy, como siempre, mis caminatas me llevaron cerca de la costa, donde pude disfrutar de algunas de las playas más emblemáticas de Lima. Playa Barranquito, conocida por su ambiente tranquilo, me ofreció una vista serena con las olas rompiendo suavemente en la orilla. A lo lejos, Playa Las Sombrillas brillaba por su calma, siendo el lugar perfecto para disfrutar de la brisa del mar. Mientras tanto, Playa Los Yuyos me regalaba la oportunidad de capturar la quietud de la mañana en cada rincón.

    Aquí les dejo algunas de las fotos que tomé. Se pueden ver las texturas de los edificios, aunque no se ve, el sonido que hace el mar al romper en las piedras y arena, y las sombras que bailan en el suelo. Las capturé con el lente estándar que utilizo con la E-520, algunas con el lente lardo, 40-150, y cada disparo tiene su propio toque de esa quietud mañanera, pero con la frescura de un sol que se abre paso a través de las nubes.

    Me encanta cómo una cámara como la Olympus E-520, que muchos podrían considerar como un equipo «más viejo», todavía tiene la capacidad de ofrecer imágenes ricas en detalles. La textura de las sombras, los tonos suaves y el enfoque nítido se logran gracias a un sensor que, a pesar de sus años, sigue capturando la esencia de cada momento.

    Si alguna vez tienen la oportunidad de salir a fotografiar en un día nublado, les animo a que lo hagan. La luz suave crea una atmósfera única, y el contraste del sol puede ser un regalo inesperado para cualquiera que esté buscando capturar algo especial. A veces, lo único que se necesita es paciencia y una cámara confiable.

  • Playa Roja, Paracas: Un Paisaje Irreal Capturado con mi Nikon D2x

    Playa Roja, Paracas: Un Paisaje Irreal Capturado con mi Nikon D2x

    No hay filtro que se le compare. La naturaleza decidió pintar una playa con tonos que parecen salidos de otro planeta, y ahí estaba yo, con mi Nikon D2x al hombro y el modesto pero confiable lente de kit 18-55mm, listo para capturar ese instante en que el desierto se encuentra con el mar.

    Un destino que no parece real

    Paracas siempre me pareció un lugar distinto, casi sagrado. Pero Playa Roja… Playa Roja es otra cosa. Es de esos paisajes que uno no se espera encontrar en Perú. El contraste del rojo del litoral con el azul del Pacífico y los acantilados ocres parece una pintura surrealista.

    Recuerdo que aquel día, 21 de Mayo de 2011, el viento era fuerte, típico del desierto costero, y el cielo estaba parcialmente nublado, lo cual fue perfecto para resaltar los colores sin que el sol los lavara.

    La cámara, el momento y el encuadre

    La Nikon D2x, a pesar de su edad, sigue siendo una joya. Su sensor CCD capta los colores con una riqueza que las cámaras modernas muchas veces intentan emular con filtros. El lente de kit no es el más nítido, pero tiene algo que aprecio: ligereza, versatilidad y una suavidad agradable en los bordes, que en este tipo de escenas, me parece que le suma más que le resta.

    Usé configuraciones simples: ISO 100, velocidad rápida para congelar el oleaje, y apertura intermedia para mantener nitidez sin perder esa profundidad natural. El resultado, dos fotos que se volvieron de mis favoritas de ese viaje.

    Reflexión final

    A veces creemos que necesitamos el equipo más moderno, pero lo cierto es que una buena foto nace primero del ojo, y luego de la cámara. Playa Roja me recordó eso. Que incluso con un lente sencillo, una cámara de hace casi 20 años, y un poco de paciencia, se puede contar una historia visual poderosa.

    Si alguna vez pasas por Paracas, no te vayas sin detenerte en Playa Roja. No solo es fotogénica, es un lugar que se te queda grabado.