Paracas no decepciona. El viento sopla parejo casi todo el año, y cuando cae la tarde, la luz se pone alucinante. Me fui unos días con la idea de relajarme, hacer algo de kitesurf y desconectarme. Pero me llevé la Olympus E-520 con el Zuiko 40-150mm “por si acaso”, y al final no pude evitar sacar la cámara.
Vista general del spot de kitesurf, velas en el aire, polvo en suspensión
Atardecer en Paracas. Las condiciones estaban perfectas: viento constante, buena luz y cometas por todos lados.
Fotografiar a contraluz
Busqué ubicarme con el sol detrás y el mar al frente. Activé el modo RAW, usé ráfaga (limitada, pero útil si apuntas bien), y enfoqué manualmente a una distancia media. Solo quedaba esperar a que algún rider cruce por el encuadre en el momento justo.
Rider recortado en contraluz, con halo de polvo y luz
Una silueta bien marcada y ese brillo en el aire. Paracas se lució.
Ese polvo fino que flota por el aire le da un toque especial a las fotos. Hace que la luz se difunda distinto, más suave, con un efecto casi cinematográfico. No necesitás tener el último equipo si sabes usar lo que tienes a tu favor.
Edición en OM Workspace
De regreso, abrí los RAWs en OM Workspace. Bajé un poco las altas luces, levanté apenas las sombras para no perder la sensación de contraluz, y ajusté claridad y microcontraste para resaltar detalles.
Comparación antes/después o recorte de detalle procesado
El archivo RAW de la E-520 tiene lo suyo si se expone bien. No hay que subestimarla.
¿Y la cámara?
La Olympus E-520 no es rápida, no tiene enfoque moderno ni todas esas cosas nuevas. Pero si sabes cómo sacarle el jugo, responde bien. El lente Zuiko 40-150mm me dio el alcance ideal para capturar la acción sin meterme al agua.
Rider en acción o salto capturado con 150mm
Buen alcance, buena luz, y paciencia. Así sale.
Cierre
Paracas es ideal para los que practican kitesurf, pero también es un excelente lugar para practicar fotografía de acción. Con viento parejo, una luz dorada y un entorno limpio, tienes todo para lograr buenas tomas. No necesitas el último modelo de cámara, solo conocer bien la que tienes y estar listo para disparar cuando la escena se pone buena.
Hay algo mágico en disparar con una cámara antigua. No solo por el sonido mecánico del obturador o el cuerpo robusto que parece hecho para durar siglos, sino por la experiencia en sí. En los últimos años, mientras el mercado se inunda de cámaras sin espejo y sensores hiperprocesados, un grupo cada vez más grande de fotógrafos estamos mirando hacia atrás. Y ahí es donde la Nikon D200 brilla como nunca.
Porque sí, el CCD está de vuelta. Y no es por moda: es por carácter.
El CCD que enamora (otra vez)
La Nikon D200 fue lanzada en 2005 con un sensor CCD de 10.2 MP que, en su momento, pasó un poco desapercibido. Pero ahora, en 2025, es justamente ese sensor el que la ha convertido en una cámara de culto.
El color que entrega es simplemente distinto. No perfecto, no clínico, no estéril. Es… humano. Los tonos de piel, los cielos, las sombras profundas. Hay algo en esas imágenes que se sienten más cercanas, más fotográficas y menos digitales.
Hoy, muchos buscamos esa «imperfección con personalidad». Y la D200 la tiene de sobra.
Hecha como un tanque
¿Sabes qué es lo primero que notas al tomar una D200 en las manos? Que pesa. Y no en el mal sentido. Es un peso que transmite seguridad. Está construida en aleación de magnesio, sellada contra el polvo y las salpicaduras. Esta cámara fue diseñada para fotógrafos que salen a la calle, al bosque o a la lluvia sin miedo.
Nada de cuerpos de plástico que crujen. Aquí hay firmeza. El grip profundo se ajusta perfecto a la mano, como si Nikon supiera que pasarías horas disparando con ella.
Y puede caerse. Puede golpearse. Puede sobrevivir más de lo que uno espera de un equipo de hace casi 20 años.
Compatibilidad con lentes clásicos: el tesoro oculto
Uno de los mayores placeres de usar la D200 es redescubrir los lentes AF-D y AF clásicos de Nikon. Esta cámara mantiene autofoco y medición de luz con muchas ópticas antiguas que hoy puedes conseguir a precios ridículamente buenos.
Yo, por ejemplo, la uso con un Nikkor 50mm f/1.8D que cuesta menos de lo que pagarías por un filtro ND. Y los resultados son espectaculares. Nitidez con carácter, bokeh suave, y esa microcontraste que hace que una foto se sienta viva.
En resumen: si tienes lentes Nikon antiguos, la D200 es una excusa perfecta para volver a usarlos.
¿Cómo se compara con cámaras modernas?
Claro, no tiene Wi-Fi, ni video 4K, ni ISO 25600. Pero… ¿realmente necesitas todo eso para capturar una buena foto?
Las cámaras modernas tienen de todo, pero muchas veces te desconectan del acto de fotografiar. Con la D200, todo es manual, táctil, mecánico. Cada botón está ahí por una razón. No necesitas entrar al menú para cambiar la ISO. No necesitas pantallas táctiles. Necesitas mirar, pensar y disparar.
Característica
Nikon D200
Mirrorless actual de gama media
Sensor
CCD 10.2 MP
CMOS 24+ MP
Cuerpo
Aleación de magnesio
Plástico o aleación ligera
Controles
Botones físicos dedicados
Principalmente en pantalla
Video
No
4K/8K (¿pero lo usas?)
Precio en 2025
$100–150 USD
Desde $600 USD en adelante
Lentes antiguos
100% compatibles
Compatibles solo con adaptadores
¿Para quién es la D200 hoy?
Para quien quiere reconectar con la fotografía como arte, no como tecnología.
Para los que disfrutamos del color directo de cámara sin pasar por Lightroom.
Para quienes queremos algo retro, usable y resistente.
Para los que buscamos una cámara seria, sin pagar miles.
¿Y el resultado? Fotos con alma.
Las imágenes que salen de esta cámara tienen algo que muchos extrañábamos. No es solo nostalgia. Es una respuesta directa a lo artificial de muchos filtros, a los colores planos de los sensores modernos.
Con buena luz y un buen lente, la D200 puede competir con cualquier cámara actual. No en resolución, pero sí en lo más importante: cómo se siente mirar esa imagen después.
La Nikon D200 no es solo una cámara olvidada. Es una herramienta sólida, expresiva y con carácter, que resiste el paso del tiempo y sigue inspirando. En un mundo donde todo se vuelve desechable, la D200 es una rebelde con historia.
…O por qué a veces prefiero disparar lento y sin prisa
Vivimos en una era donde la fotografía digital es todo eficiencia: sensores cada vez más rápidos, más limpios, más listos para redes sociales que para la contemplación. Pero si alguna vez disparaste con una cámara vieja, de esas con sensor CCD, tal vez entiendes lo que se siente volver atrás. No por nostalgia barata, sino porque esas imágenes tienen algo distinto. Algo que los sensores modernos, por más perfectos que sean, no logran replicar del todo.
CCD: imperfección con carácter
Los sensores CCD (Charge-Coupled Device) fueron los reyes durante los primeros años de la fotografía digital seria. Colores más profundos, una textura que roza lo cinematográfico, y un ruido que no molesta, sino que acompaña. No eran rápidos ni eficientes. Pero sí eran fieles. El archivo que te daban tenía alma.
Hoy muchos los redescubrimos. No porque sean mejores técnicamente, sino porque el resultado tiene personalidad. Y en un mundo de sensores limpios y algoritmos que corrigen todo, eso vale mucho.
CMOS: todo en uno, pero ¿a qué costo?
Los sensores CMOS (Complementary Metal-Oxide Semiconductor) ganaron la carrera. Más baratos, más rápidos, con menor consumo de energía. Integran todo: enfoque, procesado, reducción de ruido. Son una maravilla técnica. Pero esa maravilla a veces se siente… vacía.
No todos, claro. Hay sensores CMOS que entregan archivos brutales. Pero muchos, sobre todo en gamas medias o móviles, priorizan el “look perfecto” antes que el carácter. Y si estás buscando una estética más cruda, más real, más parecida a cómo recordás las cosas… ahí es donde el CCD todavía gana.
Live MOS y otros híbridos
Los sensores Live MOS son una especie de mezcla: tienen base CMOS pero están optimizados para cámaras sin espejo, como las Olympus o Panasonic Micro 4/3. Rinden bien, y algunos tienen bastante buena interpretación del color, pero en términos de “look nostálgico”, se sienten más modernos que clásicos.
¿Por qué volví al CCD?
No es solo por los colores. Ni por el grano. Es porque me obliga a ir más lento. A pensar el encuadre. A aceptar las limitaciones. Quizás quienes seguimos usando cámaras con CCD no buscamos la foto perfecta, sino una experiencia distinta. Una forma de desconectarnos de nuestros quehaceres diarios.
Yo, por ejemplo, no tengo prisa. Disparar con una cámara antigua me baja las revoluciones. Me saca del piloto automático. No hay pantalla táctil, ni ráfagas de 20 fps, ni RAWs de 50 MB que después tengo que procesar. Solo mirar, encuadrar y disparar. Como antes.
Conclusión
Entre CMOS y CCD no hay un “mejor”. Hay sensaciones distintas. Uno te da precisión, el otro emoción. Uno te deja publicar al instante, el otro te invita a quedarte en la foto un rato más.
En un mundo dominado por cámaras sin espejo y sensores full-frame, hablar de una DSLR de hace más de una década puede parecer un ejercicio nostálgico. Pero la Olympus E-520 no es solo una reliquia: es una herramienta que todavía puede dar resultados interesantes si sabés lo que estás buscando.
La tengo en mis manos desde hace poco, de hecho desde hace un par de semanas, la vi en Facebook Marketplace y no me resistí a comprarla y esto es lo que encontré.
Diseño y ergonomía
La E-520 es compacta para ser una DSLR. A diferencia de otros modelos de su época, no se siente como un ladrillo. El agarre es firme y cómodo, y los botones están bien ubicados. Tiene un aire robusto, sin llegar a ser pesada. El visor es óptico, claro, y si vienes de una mirrorless puede parecerte chico, pero cumple su función sin problemas.
Resistencia y durabilidad: ideal para llevar a todos lados
Una de las cosas que más valoro de esta cámara es lo bien que aguanta el uso real. La Olympus E-520 está bien construida, con un cuerpo que, aunque no es sellado contra clima extremo, soporta muy bien el desgaste diario y los traslados constantes. La pienso usar en viajes por ciudad, o por el internor de mi querido Perú, campo, Andes y posiblemente amazonia. No tiene partes móviles frágiles ni botones flojos, y el obturador sigue funcionando como el primer día. Es una cámara que puedes meter en la mochila sin miedo. No es delicada ni necesita cuidados especiales más allá de lo básico.
Sensor y calidad de imagen
Estamos hablando de un sensor Live MOS de 10 megapíxeles en formato 4/3. Suena limitado hoy en día, pero si disparas en buenas condiciones de luz, el resultado es más que decente. Los colores tienen ese clásico look Olympus: tonos cálidos, con buen contraste.
A ISO 100-400 se comporta bien. A partir de ahí, el ruido aparece y no es tan agradable. Esta no es una cámara para usar de noche sin trípode.
El look “CCD”: Colores con alma
Aunque técnicamente no usa un sensor CCD sino un Live MOS, la E-520 ofrece una estética que muchos asociamos con la era de los CCD. Las fotos tienen una tonalidad más natural, colores menos procesados y una textura más orgánica. Los rojos y azules, en particular, se ven intensos sin llegar a parecer artificiales. No es esa nitidez clínica de las cámaras modernas, sino algo más suave, más atmosférico.
La desventaja es que en condiciones de poca luz, el sensor no levanta bien los ISO altos y el rango dinámico es limitado. Para mi caso especifico, no la pienso usar en situaciones de poca luz. Pero si haces foto con buena luz y mides bien la exposición, las imágenes que salen de esta cámara tienen un carácter único que se pierde en muchos sensores actuales.
Sistema de enfoque
Tiene un sistema de enfoque por detección de fase con 3 puntos cruzados. No es veloz, pero si haces fotografía tranquila –paisaje, retrato, objetos estáticos–, es más que suficiente. El Live View, aunque lento comparado con lo actual, fue innovador en su momento.
La semana pasada hice un viaje a Paracas, y estuve en un evento de kitesurf, si bien no es el mas rápido, puedes componer y recomponer y tirar ráfaga de tiros. En este articulo lo comento y verán los resultados.
Estabilización y extras
Un punto fuerte de la E-520 es su estabilización en el cuerpo, algo que incluso muchas cámaras actuales no ofrecen. Esto te da ventaja con lentes antiguos o manuales. Además, el sistema Olympus de reducción de polvo funciona bien: el sensor se mantiene limpio incluso en condiciones donde otras cámaras fallan.
Batería: Resistente como tanque
La Olympus E-520 usa una batería BLS-1 de ion de litio, y aunque ya tiene sus años, sigue rindiendo bien. En mis pruebas, saqué más de 400 disparos con una sola carga, usando el visor óptico y sin abusar del Live View (que consume bastante más). No tiene carga por USB, pero el cargador original es confiable. Con una batería extra, estás cubierto para todo el día.
Memorias: CompactFlash + xD
Acá se nota la época. La E-520 guarda las fotos en tarjetas CompactFlash o xD-Picture Card. Las CF todavía se consiguen y son bastante estables. Las xD, en cambio, son lentas y caras para lo que ofrecen. Lo recomendable es usar CF de 4 a 8 GB, que es más que suficiente si disparás en JPEG o RAW moderado. No es lo más moderno, pero funciona sin dramas.
En este articulo te hablo de los nuevos adaptadores CF y como te pueden ayudar
Lentes incluidos: Sorprenden por su calidad
La mayoría de los kits de la Olympus E-520 venían con dos lentes Zuiko que, a pesar de ser básicos, rinden muy bien:
Zuiko Digital 14-42mm f/3.5-5.6: este lente cubre el rango estándar equivalente a un 28-84mm en full frame. Es liviano, nítido y muy versátil. Ideal para calle, retrato, viajes o fotos del día a día, es decir, el caso en el que planeo usarlo. No tiene una apertura rápida, pero en condiciones de buena luz se comporta de forma excelente. El enfoque es suave y bastante preciso.
Zuiko Digital 40-150mm f/4-5.6: este teleobjetivo compacto equivale a un 80-300mm. Es sorprendentemente liviano, lo que lo hace ideal para llevarlo a cualquier lado. Sirve muy bien para fotografía de naturaleza, eventos deportivos o retratos con fondo desenfocado. Tiene buena nitidez en todo el rango y, junto con la estabilización del cuerpo, da resultados más que decentes incluso a mano alzada. En mi articulo sobre kitesurf te muestro los resultados.
Ambos lentes están construidos mayormente en plástico, pero no se sienten frágiles. Y lo mejor: son livianos y fáciles de transportar. Para alguien que empieza o que busca un equipo económico y funcional, este combo es una gran puerta de entrada. O para los que no queremos equipos voluminosos, vengo de usar Nikon D300s, Nikon D2x con lentes 80-200 f/2.8 y aparte de ser voluminoso pesa al caminar.
Conclusión
La Olympus E-520 no compite con las cámaras actuales en especificaciones, pero tiene carácter. Es una cámara ideal para quienes disfrutan del proceso, para aprender fotografía sin distracciones, o como segundo cuerpo barato que todavía entrega buenos resultados. Si encontrás una en buen estado y con los dos lentes originales, es una combinación que todavía tiene mucho para ofrecer.
Y si te gusta viajar con poco peso pero quieres una cámara confiable que tenga un look distinto, esta Olympus puede sorprenderte.
Algunas de mis fotos aquí, tomadas en Paracas, Peru
La Nikon F3 es, sin lugar a dudas, una cámara que se ganó un lugar especial en mi corazón. Lanzada en 1980, esta cámara de película de 35 mm fue diseñada para profesionales, y su legado sigue vivo décadas después. Si estás considerando añadir una Nikon F3 a tu colección o simplemente quieres saber por qué es tan especial, aquí tienes una reseña detallada.
Diseño y Construcción
La Nikon F3 tiene un diseño robusto y elegante que combina la funcionalidad con la estética clásica. Fue diseñada por Giorgetto Giugiaro, conocido por su trabajo en la industria automotriz, lo que explica sus líneas limpias y el icónico agarre rojo que aún es un símbolo de Nikon.
Fabricada en metal resistente, la F3 es casi indestructible. Es más compacta que sus predecesoras, como la Nikon F y F2, pero sigue siendo lo suficientemente robusta para soportar condiciones adversas. Además, es totalmente modular, con visores intercambiables, pantallas de enfoque y una amplia gama de accesorios que la hacen extremadamente versátil.
Funciones y Especificaciones
Obturador electrónico: Uno de los cambios más notables en la Nikon F3 fue la incorporación de un obturador controlado electrónicamente. Esto permite velocidades de obturación más precisas, desde 8 segundos hasta 1/2000 de segundo, además de un modo manual «M90» que funciona sin batería.
Fotómetro TTL: La F3 incluye medición TTL (a través del lente), ideal para exposiciones precisas. Esto fue un gran avance en su tiempo y sigue siendo útil para quienes valoran la precisión en la fotografía de película.
Sistema de visor intercambiable: El visor estándar (DE-2) es brillante y claro, pero puedes optar por alternativas como el visor de acción o de alta magnificación, dependiendo de tus necesidades.
Avance de película y motorización: Aunque se puede avanzar manualmente, el motor opcional MD-4 permite ráfagas de hasta 6 fotogramas por segundo, una característica impresionante para su época.
Nikon F3 y sus baterías
Una de las sorpresas agradables de la Nikon F3 es su simplicidad a la hora de alimentarse. Esta cámara utiliza una batería tipo botón CR1/3N o, en su defecto, dos baterías LR44 (o SR44), fáciles de conseguir incluso hoy.
Aunque la F3 necesita energía para operar su obturador electrónico (a diferencia de otras cámaras totalmente mecánicas), la duración de estas pilas es impresionante. Puedes cargarla con un par y olvidarte del tema por meses. Es otra muestra de cómo Nikon pensó en la F3 no solo como una herramienta de precisión, sino como una compañera confiable para el fotógrafo que vive entre rollos y carreteras.
Experiencia de Uso
Usar la Nikon F3 es una experiencia casi meditativa. Todo, desde el giro de las perillas hasta el sonido del obturador, tiene una calidad táctil que simplemente no se encuentra en las cámaras digitales modernas. Su ergonomía es excelente, con controles intuitivos que hacen que disparar sea un placer, incluso para los principiantes.
Sin embargo, la cámara tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, la dependencia de la batería para la mayoría de sus funciones puede ser un inconveniente si se agota durante una sesión. Afortunadamente, el modo manual M90 asegura que nunca te quedes completamente fuera de acción.
Ventajas y Desventajas
Ventajas:
Construcción sólida y duradera.
Excelente calidad óptica gracias a la compatibilidad con lentes Nikkor.
Modularidad y personalización.
Diseño ergonómico y atemporal.
Desventajas:
Dependencia de la batería para la mayoría de las funciones.
Peso considerable para largas sesiones de fotografía.
Precios elevados en el mercado de segunda mano debido a su estatus icónico.
¿Para Quién es la Nikon F3?
La Nikon F3 es ideal para fotógrafos analógicos que buscan una cámara confiable, versátil y con una historia rica. Tanto si eres un profesional como un aficionado, esta cámara ofrece una experiencia fotográfica que pocas pueden igualar.
En resumen, ¿Es la Nikon F3 una buena cámara?
¿Que si la Nikon F3 es una buena cámara? No solo es buena: es una leyenda con obturador. Diseñada por Giorgetto Giugiaro y apadrinada por los profesionales de la época, la F3 es esa mezcla perfecta entre robustez, elegancia y funcionalidad mecánica. No importa que hoy vivamos rodeados de sensores digitales y pantallas táctiles: cargar una F3 con película, mirar por su visor enorme y sentir el click preciso del obturador es reencontrarse con la esencia de la fotografía.
Es una cámara que no te grita tecnología, te susurra historia. Y lo mejor: sigue funcionando como si el tiempo no pasara. Si alguna vez soñaste con una cámara que se siente como una herramienta de verdad, la F3 no te va a fallar.
Aquella mañana decidí salir temprano con mi Nikon F3, cargada con película Kodak ProImage y el clásico lente 50mm f/1.8 que vino de kit. Quise explorar las calles del centro de Lima sin apuro, capturando detalles arquitectónicos que normalmente pasan desapercibidos cuando vamos apurados en el día a día. Mi primera parada fue el Teatro…
Octubre de 2010. Lima se viste de morado y la ciudad respira un aire especial. Era la hora de mi refrigerio, y decidí aprovechar esa breve pausa del día laboral para caminar con mi inseparable Nikon F3, cargada con película Kodak ProImage. Quería capturar un poco del espíritu que rodea a la Iglesia de las…
Recuerdo claramente aquel octubre del 2010; pasaba por el centro de Lima y una tarde con excelente luz decidí aprovechar mi refrigerio de una manera distinta. Cogí mi fiel Nikon F3 cargada con película Kodak ProImage y me dirigí al Barrio Chino, un pequeño rincón de la ciudad lleno de detalles fascinantes que muchas veces…
Cuando empecé a explorar el mundo de la fotografía analógica, no tenía idea de cuántas decisiones pequeñas iban a marcar mi camino. Pensé que bastaba con conseguir una cámara de rollo cualquiera, cargar un film y salir a disparar. Pero bastó con hacerme la primera gran pregunta para darme cuenta de que esto era más…
Hace varios años, cuando empecé a curiosear con cámaras de rollo, no imaginaba que terminaría atrapado por la magia de lo mecánico. Hoy, en un universo lleno de sensores digitales, pantallas táctiles y autofoco por inteligencia artificial, encontrarse con una cámara completamente manual es como volver a escribir a mano con una pluma fuente: tiene…