Autor: nettix

  • Atardecer en el Cerrito de la Libertad: Una Mirada Íntima desde las Alturas de Huancayo

    Atardecer en el Cerrito de la Libertad: Una Mirada Íntima desde las Alturas de Huancayo

    Un Viaje Imprevisto que se Transformó en una Experiencia Inolvidable

    En octubre de 2009, decidí emprender una escapada en solitario, buscando desconectarme del bullicio limeño. Sin un destino fijo, partí hacia Chosica con la intención de explorar lugares como San Pedro de Casta o Marcahuasi. Sin embargo, el azar me llevó hasta San Mateo, donde abordé un bus rumbo a Huancayo. Llegué alrededor de las 5 de la tarde, justo a tiempo para capturar los últimos destellos del sol.​

    Conocía Huancayo de visitas anteriores, así que opté por aprovechar al máximo el poco tiempo disponible. Tomé un taxi desde la Av. Real hasta el emblemático Cerrito de la Libertad, con la esperanza de capturar la esencia del atardecer andino.​

    El Cerrito de la Libertad: Historia y Encanto en lo Alto de Huancayo

    Ubicado al este de Huancayo, el Cerrito de la Libertad, anteriormente conocido como Cerro de Cullcos, es un mirador natural que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y del valle del Mantaro. Este lugar no solo destaca por su belleza escénica, sino también por su rica historia.​

    En este cerro se libraron dos batallas significativas: la primera en 1854, donde Ramón Castilla derrotó a José Rufino Echenique, y la segunda en 1894, durante la guerra civil entre las fuerzas de Cáceres y Piérola. Tras estas contiendas, el cerro adoptó el nombre de «Cerrito de la Libertad», en honor al Batallón Libertad que participó en la última batalla .​

    Hoy en día, el Cerrito se ha transformado en un complejo recreacional que incluye una capilla dedicada a la Santísima Cruz de Mayo, una concha acústica con capacidad para 2,000 personas, un zoológico con más de 50 especies, juegos infantiles, una piscina (actualmente inhabilitada) y una gruta en honor a la Virgen de Lourdes . Además, se puede apreciar un avión bimotor donado por la Fuerza Aérea del Perú, que añade un toque distintivo al lugar.​

    Capturando la Luz Dorada: Técnica y Pasión Fotográfica

    Para esta sesión, utilicé mi recién adquirida Nikon D80 junto con un objetivo 17-35mm f/2.8 de segunda mano. Aunque el lente presentaba problemas de enfoque, logré obtener una serie de fotografías panorámicas uniendo varias tomas verticales y horizontales, posteriormente editadas y alineadas en Photoshop.​martintoy.com

    Estas imágenes, tomadas en 2009, permanecieron archivadas hasta que, en junio de 2013, un pedido específico me motivó a rescatarlas, editarlas y compartirlas. El resultado es una colección que no solo captura la belleza del atardecer huancaíno, sino también la esencia de un viaje espontáneo y enriquecedor.​

    Consejos para los Fotógrafos y Viajeros

    • Equipo Recomendado: Lentes gran angular para capturar la amplitud del paisaje y filtros ND para manejar la exposición durante el atardecer.​
    • Mejor Hora para Fotografiar: Aproximadamente entre las 5:00 p.m. y las 6:00 p.m., cuando la luz dorada realza los colores del valle.​Instagram
    • Acceso: Desde el centro de Huancayo, se puede llegar en taxi en unos 5 minutos o caminando en aproximadamente 20 minutos.​
    • Recomendaciones: Llevar agua, protección solar y, si es posible, visitar durante días de semana para evitar aglomeraciones.​

    Reflexión Final

    El Cerrito de la Libertad no es solo un punto elevado desde donde observar Huancayo; es un lugar donde la historia, la cultura y la naturaleza convergen. Capturar su atardecer fue más que una experiencia fotográfica; fue una conexión profunda con el espíritu de la sierra central peruana.

  • Nikon F-601: Una SLR que Merece Más Reconocimiento

    Nikon F-601: Una SLR que Merece Más Reconocimiento

    Hoy, es fácil olvidar lo que una buena cámara de rollo puede ofrecer. Pero basta con cargar un rollo de 36 exposiciones y escuchar ese inconfundible clic del obturador mecánico para recordar por qué muchos seguimos volviendo al mundo analógico. La Nikon F-601 (conocida también como N6006 en algunos mercados) es uno de esos cuerpos que no suelen llevarse los titulares, pero que saben hacer bien su trabajo… muy bien.

    Diseño robusto y electrónico a la vez

    Lanzada en 1990, la F-601 fue parte de esa generación de cámaras que intentaban lo mejor de dos mundos: la precisión electrónica sin sacrificar la sensación de una SLR mecánica. Su cuerpo no es tan liviano como el de una FM2, pero sí mucho más ergonómico y moderno. Tiene una buena empuñadura, controles fáciles de acceder y una pantalla LCD superior que te dice justo lo que necesitas.

    ¿Lo mejor? Usa lentes Nikon con montura F, lo que significa acceso a una enorme gama de cristales de calidad. Desde un sencillo 50mm f/1.8 hasta un 35-70mm con autofoco, todo cabe y todo funciona (dependiendo del modelo de lente, claro).

    Enfoque automático que aún se defiende

    No esperes un sistema de enfoque como el de una cámara mirrorless moderna, pero para su época, el AF de la F-601 era rápido y confiable. Perfecto para retratos callejeros, fotografía de viajes y hasta algo de acción si sabes anticiparte. El autofoco es de un solo punto, pero preciso. Si vienes del mundo digital, quizás necesites un par de rollos para acostumbrarte, pero pronto le tomarás el ritmo.

    Modos para todos los gustos

    La F-601 puede usarse en modo completamente manual, prioridad de obturación, prioridad de apertura y programado. Esta versatilidad la hace ideal tanto para principiantes como para fotógrafos más experimentados. Y con velocidades de obturación que van de 30 segundos a 1/2000s, más sincronización de flash a 1/125s, no te quedarás corto.

    Batería y flash incorporado

    Funciona con dos baterías CR123A, lo cual puede parecer un poco incómodo hoy, pero son fáciles de conseguir y duran bastante. Además, trae flash integrado, ideal para situaciones espontáneas o de baja luz, aunque probablemente querrás usar uno externo para un mejor resultado estético.

    ¿Y cómo rinde?

    La Nikon F-601 destaca por su fiabilidad. Si la combinas con un buen lente y una película adecuada, puedes obtener imágenes con un rango dinámico amplio, gran nitidez y colores vibrantes. Todo, por supuesto, con ese look analógico que tanto buscamos.


    Conclusión: ¿Vale la pena?

    Totalmente. La Nikon F-601 puede ser la compañera perfecta para quien quiere iniciarse en la fotografía analógica sin complicaciones. No tiene la fama de otras Nikon de su época, pero precisamente por eso se consigue a buen precio en el mercado de segunda mano. Es una cámara noble, cumplidora, y con esa personalidad electrónica-nostálgica que tantos buscamos hoy.

  • Iglesia San Pedro de Lima: Oro, Historia y Técnica Fotográfica

    Iglesia San Pedro de Lima: Oro, Historia y Técnica Fotográfica

    Uno de los templos más impresionantes del Centro Histórico de Lima es, sin duda, la Iglesia San Pedro. Ubicada en la intersección de las calles Azángaro y Ucayali, este recinto jesuita del siglo XVII deslumbra por sus interiores ricamente decorados con pan de oro, altares barrocos, lienzos coloniales de gran formato y una atmósfera que transporta al visitante a otra época.

    Desde el punto de vista técnico, esta serie de imágenes fue realizada con una Nikon D100, una cámara DSLR que, a pesar de sus años, conserva una fidelidad de color y una respuesta tonal admirable cuando se trabaja en formato RAW. Se utilizó un lente de kit AF-S DX NIKKOR 18-55mm f/3.5-5.6G, aprovechando su versatilidad para capturar desde planos amplios hasta detalles de los retablos. Dado que la iglesia cuenta con espacios estrechos y techos elevados, fue necesario realizar panorámicas verticales y horizontales, posteriormente ensambladas en Adobe Lightroom con un flujo de trabajo que permitió mantener la continuidad visual y corregir distorsiones de perspectiva.

    El mayor reto técnico fue lidiar con la iluminación artificial cálida proveniente de lámparas halógenas y candelabros, que contrastaba con algunas zonas más frías iluminadas desde ventanas altas. Para equilibrar estos matices de color, se aplicó una corrección selectiva del balance de blancos y una fusión cuidadosa de las exposiciones. El resultado final muestra la profundidad del dorado, la textura de las tallas en madera, los mosaicos sevillanos del zócalo y el dramatismo del claroscuro en los altares laterales.

    La Iglesia San Pedro no solo representa un hito del patrimonio religioso limeño, sino también un espacio fascinante para la fotografía arquitectónica, donde cada rincón invita a jugar con la simetría, la profundidad y la luz. Fotografiarla es también un ejercicio de paciencia y respeto: cada encuadre revela un fragmento de historia que aún respira.

    A continuacion las fotos, has click para ampliarlas

  • Tarma, la Perla de los Andes: Un Encuentro con la Luz y la Fe

    Tarma, la Perla de los Andes: Un Encuentro con la Luz y la Fe

    La llaman la «Perla de los Andes», y basta poner un pie en sus calles para entender por qué. Tarma, con su arquitectura señorial, su aire andino puro y sus cielos de azul profundo, es una ciudad que se siente como un remanso. Llegar desde Lima por la carretera central es una experiencia en sí misma: curvas interminables, nevados vigilantes y valles que se abren paso entre montañas. Pero es al cruzar el arco de bienvenida a Tarma que uno siente que ha llegado a un lugar especial.

    Ese día cargaba mi Canon G12, fiel compañera de muchas escapadas. A medida que avanzaba por sus calles, los colores ocre y tierra de sus iglesias contrastaban con el cielo limpio de la sierra. El interior de la Catedral de Tarma es simplemente majestuoso: columnas blancas, vitrales que filtran la luz del sol, y una atmósfera silenciosa que invita a la contemplación. Una boda se preparaba ese día, decorando el pasillo central con telas blancas que parecían danzar con el eco de los pasos.

    Los detalles arquitectónicos del altar mayor, las columnas corintias, los candelabros antiguos… todo tiene un aire solemne pero cálido. Afuera, el sol bañaba la fachada principal y el reloj de la torre marcaba las horas como si fuera inmune al paso del tiempo.

    Tarma no solo es un destino, es una pausa emocional. Y su catedral, el corazón de esa pausa. Un lugar donde la luz encuentra formas de acariciar cada rincón, y donde el alma se siente, simplemente, en paz.

    Sobre la parte técnica

    Como lo mencione arriba, las fotografías fueron realizadas con una Canon PowerShot G12, una compacta avanzada equipada con un sensor CCD de 1/1.7” y un lente equivalente a 28-140 mm f/2.8-4.5. A pesar de los años, este equipo ofrece una representación cromática fiel y una excelente reproducción del detalle en condiciones de buena luz. Las tomas interiores de la Catedral fueron realizadas con apoyo en bancos o columnas para estabilizar la cámara, ya que se utilizó ISO bajo (ISO 80-200) y velocidades lentas de obturación (1/4 – 1/10 seg) para conservar nitidez y evitar ruido digital. La mayoría de las imágenes se procesaron en Lightroom, ajustando balance de blancos, corrección de lente y recuperando luces altas, sin perder el carácter natural de la escena.


  • La Bombonera: Un Ícono Futbolero Capturado con mi Canon G1X

    La Bombonera: Un Ícono Futbolero Capturado con mi Canon G1X

    Visitar La Bombonera en mayo de 2019 fue una experiencia tan intensa como estar en un partido. Aunque el estadio estaba vacío, la energía de sus tribunas parecía estar aún presente, flotando en el aire. Esta no fue una simple visita turística, fue una parada obligatoria para cualquier amante del fútbol… y de la fotografía.

    Me llevé mi fiel Canon G1X, una cámara compacta con alma de réflex, perfecta para este tipo de escapadas. Apenas entré al estadio, supe que no podía dejar pasar la oportunidad de hacer una panorámica. La forma única de este templo futbolero, con esa tribuna vertical que desafía toda lógica arquitectónica, pedía a gritos ser registrada en su totalidad.

    Para lograrlo, tomé varias imágenes en secuencia, cuidando mantener la misma exposición y alineación. Más tarde, en casa, usé Lightroom para unirlas y construir esa imagen ancha que transmite lo que mis ojos vieron: la inmensidad de la cancha, los asientos azules y amarillos, y ese enorme número 12 pintado como homenaje a su hinchada.

    El resultado fue una imagen poderosa, cargada de historia y emoción. No solo por lo que representa Boca Juniors, sino por la manera en la que la luz de esa tarde nublada suavizó los colores y resaltó las texturas del estadio.

    Este tipo de salidas me recuerdan que muchas veces no necesitas una cámara gigantesca para capturar algo grande. Lo importante es estar ahí, saber mirar y tener ganas de contar una historia.

    Dale click a las imagenes para ampliar