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  • Salí a la playa con una Nikon D200 en 2025… y me recordó por qué empecé a fotografiar

    Salí a la playa con una Nikon D200 en 2025… y me recordó por qué empecé a fotografiar

    No fue una prueba planeada. No hubo checklist técnico ni comparaciones forzadas. Solo agarré la Nikon D200, una cámara que muchos ya dan por muerta, la metí en la mochila y me fui a Cerro Azul en una mañana cualquiera de 2025. Quería mar, aire salado y fotografías sin apuro. Nada más.

    Y pasó algo que no esperaba: la cámara respondió como si el tiempo no hubiera pasado.

    Cerro Azul: luz simple y sencilla, sin maquillaje

    Cerro Azul tiene esa cualidad rara de los lugares que no necesitan adornos. No es una playa “perfecta”, es una playa real: arena mezclada con piedras, palmeras desordenadas, muelles oxidados por la sal y casas que miran al mar sin pretensión.

    Aquel día la luz estaba dura, típica del mediodía costero. Justamente el peor escenario para muchas cámaras… y el mejor para poner a prueba un sensor antiguo. como el sensor CCD

    Las fotos que ves aquí están ligeramente editadas, apenas un ajuste de luces y sombras. Nada de empujar colores, nada de salvar errores. Y aun así, el archivo aguanta. Los tonos se sienten naturales, el contraste tiene carácter y las texturas —las piedras, la madera, la paja de las sombrillas— se sienten vivas. Ahí entendí algo: la Nikon D200 no busca gustarte, busca ser honesta.

    Usar una cámara antigua te cambia el ritmo

    Con la D200 no disparas por reflejo. Mides la luz. Piensas el encuadre. Aceptas que no todo se puede corregir después. Y eso, lejos de ser una limitación, se vuelve una forma distinta de estar en el lugar.

    Mientras caminaba por la orilla, veía familias, tablas de surf apoyadas en palos de madera, perros corriendo sobre mantas de playa. Todo ocurría rápido… pero yo iba lento. Y esa lentitud se nota en las fotos. No hay look “cinematográfico” artificial.

    Hay costa peruana tal como es.

    ¿Es usable una Nikon D200 en pleno 2025?

    Totalmente. No para todo, no para todos, pero sí para quien disfruta fotografiar. El sensor CCD sigue entregando colores con personalidad, por otro lado, Los archivos RAW toleran edición básica sin romperse. y por si fuera poco, el cuerpo se siente sólido, confiable, casi eterno. No compite con cámaras modernas. Juega otro juego. Uno más pausado, más físico, más conectado con el momento.

    Cerro Azul, la excusa perfecta para salir a fotografiar

    Para quienes están en Lima, Cerro Azul es una escapada sencilla y agradecida. Está a unos 130 km al sur, y el viaje toma entre 2 y 2 horas y media en auto, dependiendo del tráfico. Lo suficiente para salir temprano, caminar descalzo por la playa, hacer fotos y volver con la cabeza despejada. Y si además llevas una cámara que te obliga a mirar de verdad, mejor aún.

    Conclusión personal

    En 2025, salir a fotografiar con una Nikon D200 no es nostalgia vacía. Es una decisión consciente. Es recordar que la fotografía no empezó con los megapíxeles ni terminará con la inteligencia artificial. Ese día en Cerro Azul confirmé algo que ya sospechaba: las buenas cámaras no envejecen, envejece la forma en que las miramos. Y mientras haya luz, mar y ganas de observar, esta vieja Nikon sigue teniendo mucho que decir.