Uno de los templos más impresionantes del Centro Histórico de Lima es, sin duda, la Iglesia San Pedro. Ubicada en la intersección de las calles Azángaro y Ucayali, este recinto jesuita del siglo XVII deslumbra por sus interiores ricamente decorados con pan de oro, altares barrocos, lienzos coloniales de gran formato y una atmósfera que transporta al visitante a otra época.
Desde el punto de vista técnico, esta serie de imágenes fue realizada con una Nikon D100, una cámara DSLR que, a pesar de sus años, conserva una fidelidad de color y una respuesta tonal admirable cuando se trabaja en formato RAW. Se utilizó un lente de kit AF-S DX NIKKOR 18-55mm f/3.5-5.6G, aprovechando su versatilidad para capturar desde planos amplios hasta detalles de los retablos. Dado que la iglesia cuenta con espacios estrechos y techos elevados, fue necesario realizar panorámicas verticales y horizontales, posteriormente ensambladas en Adobe Lightroom con un flujo de trabajo que permitió mantener la continuidad visual y corregir distorsiones de perspectiva.
El mayor reto técnico fue lidiar con la iluminación artificial cálida proveniente de lámparas halógenas y candelabros, que contrastaba con algunas zonas más frías iluminadas desde ventanas altas. Para equilibrar estos matices de color, se aplicó una corrección selectiva del balance de blancos y una fusión cuidadosa de las exposiciones. El resultado final muestra la profundidad del dorado, la textura de las tallas en madera, los mosaicos sevillanos del zócalo y el dramatismo del claroscuro en los altares laterales.
La Iglesia San Pedro no solo representa un hito del patrimonio religioso limeño, sino también un espacio fascinante para la fotografía arquitectónica, donde cada rincón invita a jugar con la simetría, la profundidad y la luz. Fotografiarla es también un ejercicio de paciencia y respeto: cada encuadre revela un fragmento de historia que aún respira.
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