Etiqueta: arquitectura andina

  • Copacabana, Bolivia: el lugar donde me detuve sin planearlo… y la arquitectura me obligó a mirar

    Copacabana, Bolivia: el lugar donde me detuve sin planearlo… y la arquitectura me obligó a mirar

    Hay viajes que no se planifican para fotografiar, pero terminan regalándote imágenes que se quedan contigo. El trayecto desde Puno hacia La Paz es uno de esos caminos que se recorren casi en automático, hasta que aparece Copacabana y todo pide una pausa. No larga, no perfecta, pero sí necesaria.

    Bajé con mi Nikon D2x, una cámara que no perdona la prisa. Es pesada, lenta si se la compara con equipos actuales, pero honesta. Y ese carácter encajó bien con Copacabana: un lugar donde la arquitectura no grita, pero tampoco pasa desapercibida.

    Basílica Nuestra Señora de Copacabana: detalles que se descubren caminando lento

    La basílica no impacta por monumentalidad inmediata, sino por acumulación de detalles. Muros blancos que reflejan la luz del altiplano, cúpulas recubiertas de cerámica verde y ocre, arcos que enmarcan el cielo y generan sombras limpias, casi geométricas. Todo parece pensado para ser observado con calma.

    Me enfoqué en lo pequeño: los remates, los mosaicos, las transiciones entre materiales. La madera tallada de la puerta principal guarda símbolos que no buscan protagonismo, pero sostienen siglos de historia. Más adelante, la presencia de Francisco Tito Yupanqui recuerda que este lugar no es solo un punto de paso, sino un centro espiritual profundamente arraigado a la identidad andina.

    Una escala corta que deja ganas de volver

    Si algo me quedó claro es que Copacabana no se recorre en una sola pasada. Me faltó tiempo. Me faltó caminar sin rumbo, esperar otra luz, regresar a un mismo punto con más paciencia. Cada encuadre parecía decirme: aquí hay otra foto que aún no hiciste.

    Esta vez fue solo un alto en el camino hacia La Paz. Pero hay lugares que, incluso en una visita breve, te dejan la sensación de que todavía no terminaste con ellos. Copacabana es uno de esos.

  • Tarma, la Perla de los Andes: Un Encuentro con la Luz y la Fe

    Tarma, la Perla de los Andes: Un Encuentro con la Luz y la Fe

    La llaman la «Perla de los Andes», y basta poner un pie en sus calles para entender por qué. Tarma, con su arquitectura señorial, su aire andino puro y sus cielos de azul profundo, es una ciudad que se siente como un remanso. Llegar desde Lima por la carretera central es una experiencia en sí misma: curvas interminables, nevados vigilantes y valles que se abren paso entre montañas. Pero es al cruzar el arco de bienvenida a Tarma que uno siente que ha llegado a un lugar especial.

    Ese día cargaba mi Canon G12, fiel compañera de muchas escapadas. A medida que avanzaba por sus calles, los colores ocre y tierra de sus iglesias contrastaban con el cielo limpio de la sierra. El interior de la Catedral de Tarma es simplemente majestuoso: columnas blancas, vitrales que filtran la luz del sol, y una atmósfera silenciosa que invita a la contemplación. Una boda se preparaba ese día, decorando el pasillo central con telas blancas que parecían danzar con el eco de los pasos.

    Los detalles arquitectónicos del altar mayor, las columnas corintias, los candelabros antiguos… todo tiene un aire solemne pero cálido. Afuera, el sol bañaba la fachada principal y el reloj de la torre marcaba las horas como si fuera inmune al paso del tiempo.

    Tarma no solo es un destino, es una pausa emocional. Y su catedral, el corazón de esa pausa. Un lugar donde la luz encuentra formas de acariciar cada rincón, y donde el alma se siente, simplemente, en paz.

    Sobre la parte técnica

    Como lo mencione arriba, las fotografías fueron realizadas con una Canon PowerShot G12, una compacta avanzada equipada con un sensor CCD de 1/1.7” y un lente equivalente a 28-140 mm f/2.8-4.5. A pesar de los años, este equipo ofrece una representación cromática fiel y una excelente reproducción del detalle en condiciones de buena luz. Las tomas interiores de la Catedral fueron realizadas con apoyo en bancos o columnas para estabilizar la cámara, ya que se utilizó ISO bajo (ISO 80-200) y velocidades lentas de obturación (1/4 – 1/10 seg) para conservar nitidez y evitar ruido digital. La mayoría de las imágenes se procesaron en Lightroom, ajustando balance de blancos, corrección de lente y recuperando luces altas, sin perder el carácter natural de la escena.