Etiqueta: detalles arquitectónicos

  • Recorriendo Lima con mi Nikon F3: detalles arquitectónicos en película

    Recorriendo Lima con mi Nikon F3: detalles arquitectónicos en película

    Aquella mañana decidí salir temprano con mi Nikon F3, cargada con película Kodak ProImage y el clásico lente 50mm f/1.8 que vino de kit. Quise explorar las calles del centro de Lima sin apuro, capturando detalles arquitectónicos que normalmente pasan desapercibidos cuando vamos apurados en el día a día.

    Mi primera parada fue el Teatro Principal Manuel A. Segura. Siempre me llamó la atención su estilo neoclásico tan marcado, con columnas imponentes y detalles dorados que recuerdan un poco a Francia. Tomar fotos allí fue como viajar brevemente en el tiempo, imaginando cómo serían aquellas noches cuando el teatro estaba en su máximo esplendor.

    Mientras caminaba, entre Mesa Redonda, un área comercial donde venden muchas cosas de importación, y la calle Capón, donde inicia el Barrio Chino, me topé con un edificio azul intenso, que siempre había visto de reojo, pero nunca me había detenido a admirar realmente. Su fachada me recordó enseguida al estilo francés del Segundo Imperio, especialmente por esas ventanas largas y el techo inclinado con esas tejas características que parecen escamas.

    Más adelante, otro edificio, ya por el lado de Jirón de la Unión, me encontré en una esquina un McDonalds, me llamó la atención por sus formas geométricas y líneas sencillas pero muy definidas. Claramente, esto era Art Decó. Este estilo me encanta por la elegancia simple y moderna que transmite, recordándome cómo Lima adoptó estas tendencias hace ya casi un siglo atrás.

    Usar la Nikon F3 fue una delicia; robusta y práctica, perfecta para este tipo de fotografía pausada y detallista. La película Kodak ProImage también hizo su parte, ofreciendo colores suaves y reales que encajaron perfectamente con el carácter tranquilo y personal que buscaba transmitir en mis fotos.

    Luego de revelar el rollo, escaneé las fotos con mi Epson V4490 en TIFF de 16 bits y di algunos retoques sutiles en Lightroom para afinar los detalles. Fue un proceso relajado y placentero, casi tanto como el paseo mismo.

    Recorrer Lima con mi cámara en mano es siempre un redescubrimiento, una manera sencilla y personal de conectar con esta ciudad que, aunque transitada a diario, sigue guardando sorpresas en cada esquina.

  • Barrio Chino en película: Paseo nostálgico con la Nikon F3

    Barrio Chino en película: Paseo nostálgico con la Nikon F3

    Recuerdo claramente aquel octubre del 2010; pasaba por el centro de Lima y una tarde con excelente luz decidí aprovechar mi refrigerio de una manera distinta. Cogí mi fiel Nikon F3 cargada con película Kodak ProImage y me dirigí al Barrio Chino, un pequeño rincón de la ciudad lleno de detalles fascinantes que muchas veces pasamos por alto en nuestro día a día.

    Al llegar al famoso arco que da la bienvenida a esta vibrante comunidad, quedé fascinado con los colores intensos y los detalles arquitectónicos tan cuidadosamente elaborados. No podía resistirme a capturar esos patrones exóticos y los delicados adornos orientales tallados y pintados a mano, que bajo la luz de esa tarde, brillaban con un esplendor especial.

    La Nikon F3 resultó ser la compañera perfecta para esta aventura fotográfica improvisada. Su construcción sólida y su manejo sencillo pero preciso me permitieron concentrarme en la belleza que tenía frente a mí, olvidándome por completo de complicados ajustes técnicos. Solo tenía que medir la luz, encuadrar, y dejar que el obturador hiciera lo suyo.

    La película Kodak ProImage aportó colores suaves y naturales, resaltando la esencia auténtica del lugar sin exageraciones. La combinación con la óptica de la F3 dio resultados ideales para este tipo de escenas urbanas, entregando un detalle sutil y esa textura especial que solo el film puede ofrecer.

    Mientras disparaba esas fotos, sentí que cada click de mi Nikon F3 capturaba no solo imágenes, sino también fragmentos de historia limeña. El Barrio Chino de Lima se estableció a mediados del siglo XIX, cuando llegaron inmigrantes chinos que enriquecieron culturalmente la ciudad. Y ahí estaba yo, más de un siglo después, retratando ese legado en un día cotidiano.

    Estas fotos reflejan esos momentos simples que hacen de la fotografía una pasión incomparable: escaparme un rato de la rutina laboral, caminar sin prisa y descubrir detalles que normalmente no apreciamos. A veces, todo lo que necesitamos para conseguir fotos memorables es simplemente salir con nuestra cámara favorita y dejarnos sorprender.

    La Nikon F3, una cámara robusta y confiable, diseñada para durar décadas, demostró en esta salida que no hace falta tener la tecnología más moderna para conseguir resultados bellos. Lo que realmente importa es cómo miras el mundo a través del visor y cómo decides contar esas historias.

    Volviendo ahora, años después, a esas imágenes, puedo revivir claramente la emoción de esa tarde, cuando Lima, mi Nikon y yo, hicimos juntos algo inolvidable.

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  • Barranco en invierno: una mañana en Fuji Superia 400 con Minolta X-700

    Barranco en invierno: una mañana en Fuji Superia 400 con Minolta X-700

    Aquella mañana de invierno de 2009 salí a descubrir Barranco con mi Minolta X-700, cargada con un rollo de película Fuji Superia ISO 400. El aire gris limeño mezclado con la bruma costera creó la atmósfera perfecta para explorar la arquitectura colorida y los rincones tranquilos del barrio. Usé el 50 mm f/1.7 de kit para abrazar escenas completas y el tele 150 mm Rokkor para aislar detalles que a menudo pasan desapercibidos.


    Equpo y película

    • Cámara: Minolta X-700, reconocida por su exposición fiable y tacto suave en el disparador.
    • Lentes:
      • Minolta MD 50 mm f/1.7 (kit): ideal para capturar composiciones amplias con un bokeh cremoso.
      • Minolta MD 150 mm f/4 Rokkor Zoom: perfecto para comprimir perspectiva y resaltar texturas.
    • Película: Fuji Superia 400, con su grano suave, saturación moderada y excelente latitud de exposición en condiciones de luz difusa.

    Tonalidades y grano de invierno

    La paleta de la Superia 400 realza los amarillos mostaza de las fachadas, los verdes musgo de los eucaliptos y los rojos terrosos de los balcones. Bajo el cielo encapotado, los colores se apagan solo lo justo para transmitir esa melancolía invernal. El grano fino crea una atmósfera casi táctil: cada muro rugoso, cada adoquín húmedo cobra vida al revelarse en la emulsión.


    Arquitectura y detalles barranquinos

    1. Ventanas y rejas: Con el 150 mm capturé la filigrana de hierro forjado en antiguos balcones y puertas, cada curva y arabesco destacando contra muros amarillos y bermellones.
    2. Cafés históricos: El letrero “SANTOS” sobre madera pulida y el balcón de “El Delfín – Café y Espíritusosos” cobran un aire digno de postal vintage, gracias a los contrastes suaves de la película.
    3. Faroles y bancos: Los faroles de hierro forjado, con sus globos opacos buscando iluminar la mañana gris, y los bancos del malecón, listos para albergarnos en una charla silenciosa, se convierten en sujetos perfectos para el 50 mm abierto a f/1.7.

    Tranquilidad matinal y grafitis poéticos

    La mañana avanzaba sin prisas. Grupos de fotógrafos aficionados se detenían en cada esquina, contemplando el Puente de los Suspiros y sus tablones rojos. En una pared agrietada, un pequeño mosaico rezaba “ESTOY VIENDO” —un guiño literal a nuestra salida fotográfica— mientras murales tribales y totems urbanos apuntaban el camino hacia la Costa Verde.


    Descenso a la Costa Verde

    La bruma se hacía más densa al bajar las escalinatas hasta la playa. El 150 mm se centró en los guijarros pulidos por las olas, revelando colores ocres, grises y toques cerúleos en cada piedra. El corredor de madera con postes rojos y techumbre oscura, suspendido sobre el acantilado, marcaba el final de la ruta urbana y el comienzo del horizonte marino.


    Epílogo: aquellos fotogramas son un testigo íntimo de un invierno limeño. La combinación de Fuji Superia 400, el grano característico de la película y la nitidez de la Minolta X-700 creó un diario visual donde el color, la arquitectura y la calma matinal se funden en una sola estampa de Barranco.